En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

viernes, 22 de abril de 2011

El Caudillo Abderramán "El Sanchuelo"






Cuando el sábado 13 de noviembre de 1008 Al Rahman Sanchul, segundo hijo de Almanzor y nieto de Sancho Garcés II rey de Navarra, acompañó a Hixam II a Madinat Al Zahra ningún cordobés pudo imaginar las consecuencias que esto acarrearía, aunque si vaticinaron que el gobierno de Sanchuelo duraría muy poco...
A Sanchuelo le había costado mucho llegar donde estaba y tenía que jugar muy bien sus cartas. 
Sabía que los cordobeses no lo querían y por los arrabales se comentaba que había sido él que había mandado matar a su medio hermano con un cuchillo envenenado con el que Al Malik había partido la manzana de la que comió...
Pero le daba igual ya que desde muy pequeño tuvo que aprender a buscar su lugar a pesar de que su padre tenía como heredero a su medio hermano. 
Su misma madre Abda, se lo había inculcado, ella una princesa cristiana a pesar de ser hija del Rey de Pamplona llegó a Córdoba como una esclava, había sido prácticamente obligada a casarse como señal de alianza, no podía permitir que su hijo fuera el segundón de la estirpe de Almanzor.

Por eso, aquellos dos días que estuvo encerrado con el mismo Califa en la bella Madinat al Zahra, le recordó sus raíces comunes ya que ambos eran hijos de mujeres vasconas e incluso sugiriéndole que al no tener Hixam II descendencia, nadie mejor que él para sucederle... La verdad es que lo que hablaron en realidad no lo sabemos, sólo que el hijo de Almanzor salió de los aposentos reales anunciando que el Califa lo había nombrado heredero por encima de todos los varones Omeyas.
El incauto creyó que con el nombramiento del Califa como heredero era bastante para afianzar su poder pero el malestar y estupor en la población se continuaron sobre su desmedida afición al vino que junto con su escasa capacidad para gobernar hizo un caldo de cultivo que iría a provocar un periodo de anarquía y revueltas que finalizaría a corto tiempo, con una guerra civil y la desaparición el Califato de Córdoba.


Cada vez más impopular intentó mediante una campaña militar, tal vez para ganar algo del prestigio como lo había hecho su padre y medio hermano. Para ello no se le ocurrió mejor momento que el invierno para comenzar una aceifa dirigiéndose al norte con su ejercito bereber y acompañado por el conde García Gómez de Carrión  al que ayudaba en su lucha contra Alfonso V de León.


No tardó un  biznieto de Abderraman III llamado Muhammad ibn Hisham,  en canalizar aquel descontento en hacer estallar la revuelta...
Primero se vengó arrasando la ciudad que la estirpe amirí había creado a la sombra de Madinat Al Zarhá, la llamada Zahira donde estos residían y habían organizado una corte alternativa, acto seguido se hizo con el control de Córdoba obligando a Hisham II a abdicar en su favor.
¡ De este modo se proclamó Califa con el nombre de Muhammad II !

Enterado de los sucesos, Sanchuelo regresó precipitadamente a Córdoba con intenciones de recuperar el poder pero antes de llegar a Córdoba su comitiva estaba cansada y se instalaron a pocas leguas de la ciudad en la misma quinta de recreo donde meses antes  su medio hermano al-Muzaffar había exhalado el ultimo suspiro. 
Sanchuelo se instaló en ella junto con sus setenta mujeres de su haren, de las que se había hecho acompañar en su campaña.
¡El motivo! La mayoría de su ejercito bereber lo había abandonado y con unas escasas tropas no se encontraba en igualdad para poder luchar contra al Mahdi.
Al día siguiente, los interceptó una tropa enviada por el nuevo Califa para capturarlo, tanto a él como al conde Carrion

Cuando los prisioneros eran ya conducidos a Córdoba, el Amirí que había conseguido que le quitasen las ataduras por un momento, hizo ademán de sacar un puñal, ese fue el momento en que fue degollado y acto seguido corrió la misma suerte el conde cristiano.
Los cadáveres de Sanchuelo y de su infortunado compañero fueron llevados a Córdoba  entrándolo a la ciudad por la puerta del hierro, sobre un mulo, desnudo boca abajo mientras al paso la plebe le escupía...

De esta triste manera la dictadura amirí desapareció como si nunca hubiera existido. 

Pero eso, déjame que te lo cuente otro día.



Fuentes consultadas: 
La Historia del islam, Boletin de la Real Academia de la Historia. TOMO CXCIX. NUMERO II. AÑO 2002-Boletin de la Real Academia de la Historia. TOMO CCI. NUMERO II. AÑO 2004- Historia de Al Andalus de Ibn Al-Kardabus,traducido por ‎Felipe Maillo Salgado

2 comentarios:

Antonio Perez dijo...

Fue y se comportó como un rufián.
Saludos desde Algueciras

MariÁngeles Ortiz dijo...

Toda la razón Antonio.
Un saludo y bienvenido a mi humilde blog