En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

miércoles, 6 de enero de 2010

Hisham II, el Califa inútil





La misma noche en la que su padre Al Hakam muere en brazos de dos de sus eunucos, un niño de apenas once años es entronizado como tercer Califa de Al Ándalus



Al morir el Califa Al-Hakam II, la sucesión al frente del Califato recayó sobre el pequeño de nombre Hisham II, tercer Califa de Córdoba aunque su reinado fue nominal...
Según cuentan, la guardia de palacio deseaba nombrar al infante Al Mugira que tenía por aquel entonces veintiséis años y era uno de los hermanos del Califa fallecido.
Pero entre los apoyos que tenía Hisham se encontraban poderosos personajes de la Corte entre los que destacaba su propia madre, la concubina vascona Subh, el chamberlán Jaffa y su tutor Al-Mansur Ibn Abr Amir, conocido por Almanzor, los cuales hicieron fracasar la conjura al conseguir eliminar al pretendiente al trono.

Almanzor, enterado de la intriga rodeó el palacete de al-Mugirá con un destacamento de cien soldados de origen eslavo, irrumpió en él y notificó al infante la muerte del Califa y la coronación de Hixem II. 
El infante manifestó lealtad y obediencia a su sobrino pero el desgraciado al-Mugirá fue estrangulado delante de sus mujeres y colgado de una viga de la techumbre como si se hubiera suicidado. Como jefe de policía, Almanzor se apresuró a ocultar el crimen y ordenó que su víctima fuera enterrada allí mismo.

A las pocas horas de la muerte de su padre, fue investido Califa un niño con apenas once años... La minoría de edad del Califa propició que este trío conformaran un consejo de regencia y recluyen a Hixem en palacio donde, aunque figuraba como gobernante, carecía de cualquier influencia política.
Del Califa se dijo que era un pobre niño obligado por Almanzor a vivir en completa soledad, lo cuál, con el tiempo, habría perjudicado su salud mental, otros mencionaban su frágil constitución, su carácter iracundo, su evidente incapacidad para desempeñar el cargo de Califa o sus diversos defectos celosamente guardados.
También se dice que Hisham creció sufriendo problemas motrices y que había ido perdiendo capacidad intelectual según se fue haciendo mayor.
La cuestión es que Hisham sufrió un progresivo aturdimiento a causa del tipo de vida que le impuso Almanzor, y por eso éste pudo instaurar una nueva forma de gobierno aprovechando las limitaciones físicas y mentales que padecía el Califa.

La figura de Almanzor empieza a crecer en popularidad al tomar medidas como la abolición de impuestos mediante campañas militares exitosas que le aseguran el apoyo del ejército.
Entonces comienza a maquinar para hacerse con el poder absoluto, para lo cual debe deshacerse del Al-Mushafi.
Confabulado con Subh, convertida en su amante, y apoyándose en los bereberes, atrae a su circulo al famoso general eslavo Galib para lo cual se casa con su hija para tenerlo cerca y, elimina al chamberlan acusándolo de traición y ejecutándolo junto a sus hijos...
Tras hacerse con el cargo de chamberlán, iniciará el periodo conocido como la dictadura amirí.
El siguiente movimiento realizado por Almanzor para consolidar su incipiente poder fue eliminar al general Galib, su suegro, que era defensor de la legitimidad de Hixam II, y hasta entonces aliado pero que se entreveía como su único posible rival.
Lo eliminó acusandolo de traición, cortandole la cabeza y exponiendola a las puertas del palacio de Córdoba...
Almanzor, consigue que Hixam II declare públicamente que deja las tareas de gobierno en sus manos... Es un auténtico golpe de estado.
Y, despejado el camino de posibles rivales adoptó el título de Al-Mansur bi-llah y gobernará de forma absoluta hasta su muerte veinte años más tarde.

Cuentan algunos que al infeliz Hisham sólo se le permitía relacionarse con escasa gente de Palacio y que algunos días, cuando se enteraba por casualidad de algo que ocurría en su reino decía:

- " No es asombroso que alguien como yo vea lo más insignificante inaccesible para mi y que todo el mundo sea gobernado en mi nombre" 

Mucho tiempo había pasado sin que el pueblo cordobés viera a Hixam, tanto, que los rumures de que estaba muerto se hacían cada vez más insistentes... Así que un día Almanzor acompañó al Califa a la Mezquita para que los cordobeses vieran que Hixam estaba vivo... Luego, de nuevo quedó encerrado en Madinat Al Zahrá durante largos años.


A la muerte del dictador, la madre del Califa sabiendo que su hijo nunca sabría manejar el cetro cordobés,  le aconsejó que nombrase primer ministro al  primogénito y predilecto del difunto, su hijo Abd al-Malik al-Muzaffar.
A pesar de que el verdadero Califa Hisham II ya contaba con treinta y siete años de edad, siguió los consejos de su madre y se mantuvo apartado de cualquier decisión política o de gobierno.
Una vez que fue nombrado Abd al-Malik como nuevo ministro, para ganar el favor de pueblo y el ejercito continuo las misma política de su padre Almanzor... Campañas periódicas contra los cristianos.
Después de varias expediciones victoriosas, concertó una tregua con los reyes de León por dos años, pasados éstos, invadió las tierras de Galicia, venció a los cristianos y regresó a Córdoba aclamado por el pueblo...
Al regreso de la última campaña, Abd al Malik enfermó en extrañas circunstancias, se dice que envenenado por su propio hermano, y murió.
El nominal Califa Hisam II y esta vez sin el consejo de su madre porque había muerto, elevó a la categoría de ministro al segundo hijo de Almanzor, Abd al-Rahman con el sobrenombre de Sanchuelo por ser nieto de Sancho Garcés II de Pamplona por vía materna, se hizo cargo del poder.
Su intento de que Hisham II le nombrara su sucesor como Califa provocó que se produjera un levantamiento popular encabezado por Muhammad II al-Mahdi, pariente Omeya y con muchos más motivos a aspirar a la soberanía, el cuál ganando partidarios  y reunidos cientos de hombres, marchó sobre la capital.
Tras destrozar Al-Zahira, la ciudad de Almanzor, se dirigió al Alcálzar en busca del cretino que había traicionado a su propia dinastía, Hixam II.
Omeya contra Omeya, le exigió que abdicara en su nombre, ordenando que fuera encerrado en la mazmorra más lejana y oscura que existiera pero no se atrevió asesinarlo, se limitó a anunciar su muerte mostrando el cadáver de un hombre que guardaba cierto parecido y al que enterró con todos los honores, más tarde se proclamó cuarto Califa de Al Andalus, Muhammad II al Mahdi.

Pero eso, déjame que te lo cuente otro día.


Fuentes consultadas: 
Historia de los musulmanes en España de Reinhart Dozy - Saladino por Julio Reyes Rubio- Breve historia de Andalucia de Manuel Peña Diaz- Wikipedia- El Islam y Al Andalus- Crónicas de la provincia de Córdoba de Manuel Gonzales Llana- La otra Córdoba de Galisteo Roger- Foto recogida de internet de fotolog.com - Recuerdos y Bellezas de España de P. de Madrazo

2 comentarios:

Wigmore-Conesa dijo...

Gracias a ti, Chiquita! Unplacer leerte. Qué malos algunos hombres.

MariÁngeles Ortiz dijo...

Bienvenida Wigmore. Un abrazo