En tres tiempos se divide la vida: En presente, pasado y futuro; de éstos el presente es brevísimo, el futuro dudoso y el pasado cierto... (Lucio Anneo Séneca)

viernes, 8 de octubre de 2010

Qasim ibn Hammud "El odiado"





Con la muerte de Ali ibn Hammud, todos creyeron que el recién proclamado omeya Abderraman IV recuperaría Córdoba. ¡Pero no fue así! Ya que fue traicionado por sus propios hombres encontrando la muerte en el asedio de la ciudad de Guadix.

Pero los seguidores de Ali se apresuraron a proclamar Califa al hermano del difunto llamado Qasim, gobernador de Sevilla por aquellos entonces. 
Que aceleró su llegada a Córdoba y bajo el pretexto de vengar a su hermano se condujo con tal crueldad que pronto hizo bueno al difunto Ali ibn Hammud.

Los hammudíes que se creían mucho mejores que los Omeyas, pecaron de la mismas sorprendentes luchas internas entre su propia familia; y su talón de Aquiles era su propio sobrino e hijo de su hermano.
Yahya ibn Ali que así se llamaba su sobrino, sentía que su propio tío lo había desposeído de lo que por derecho le pertenecía, la bella Córdoba.

Con muchos frentes abiertos, Qasim decidió pactar con su sobrino, con el fin de repartirse el gobierno de la España Musulmana a cambio, lo nombró su heredero y le entregó a su hija Fátima como esposa.
En señal de respeto hacía su sobrino, vio necesario trasladarse a Ceuta para presentarle sus respetos a su hermano muerto...
Lo que aprovechó Yahya para entrar en Córdoba y proclamarse como el único Califa ¡Anda que no fue vivo ni ná!
De vuelta Qasim de Ceuta descubrió cual pérfido fue su sobrino Yahya al Muhtal, el cual aprovechando la situación reclamó el trono como único heredero de su padre, proclamándose Califa de Córdoba un día 13 de agosto del 1021.
Qasim en aquel momento nada pudo hacer quedándose en Sevilla y durante poco más de un año existieron dos Califas: Uno en Córdoba , Yahya y su tío en Sevilla.

Pero Qasim no quedó satisfecho y uniendo banderas con los que le permanecían fieles se dirigió hacia la Córdoba... Su sobrino, viendo con las fuerzas que venía su tío salió refugiándose en Algeciras donde se fortificó...
De nuevo Qasim entraba en Córdoba en medio de un silencio que le hizo entender lo odiado que era para los cordobeses, lo que para Qasim fue una provocación, y utilizando aún más la violencia que le caracterizaba fue dando muerte a todo aquel que se le cruzaba en su camino.

Los principales de la ciudad trabajaron con ahínco repartiendo armas entre los pobres de la ciudad, y una noche a la señal convenida todos los cordobeses atacaron el Alcázar batiéndose con la guardia de éste...
Cuentan que las calles se llenaron de cadáveres y cuando el ejercito de Qasim mataba a un cordobés salían dos más para atacarles...
Viendo la situación, el Califa prefirió rendirse y fue escoltado hasta Jerez donde su valí le dió hospitalidad.

Los cordobeses y sevillanos deciden librarse de los hammudíes. Una serie de circunstancias imprevistas elevó como Califa a otro Omeya: Abderramán V, hermano de Muhammad al Madhi, Córdoba de nuevo le da la oportunidad a otro Omeya. 

Pero eso, déjame que te lo cuente otro día.


Fuentes consultadas:
Recuerdos y Bellezas de España de P. de Madrazo- Historia de los musulmanes en España de Reinhart Dozy - Crónicas de la provincia de Córdoba de Manuel Gonzales Llana- Saladino por Julio Reyes Rubio- Breve historia de Andalucia de Manuel Peña Diaz- Wikipedia- El Islam y Al Andalus- La otra Córdoba de Galisteo Roger-Foto recogida de internet

2 comentarios:

ANICK dijo...

Cuanta historia y que poco conocida

MariÁngeles Ortiz dijo...

Cierto.
Bienvenida Anick